De ideología cambiante, una "veleta" y con una postura política poco definida. No es fácil clasificar a Mitt Romney a raíz de sus actos y declaraciones de los últimos meses. Quizá la mejor definición del candidato republicano a la Casa Blanca la realiza un colaborador de su padre George Romney, gobernador del estado de Míchigan entre 1963 y 1969.
"Desde 2005, cuando decidió presentarse a las elecciones presidenciales, las posturas políticas de Mitt han cambiado de forma errática y sorprendente, a la derecha, al centro, a la derecha de nuevo", aseguró Walter De Vries en una carta abierta publicada el 15 de octubre.
Estos 'bandazos' en materia de política exterior o sobre el derecho al aborto han provocado que medios, analistas y votantes se pregunten quién es el "verdadero Romney": el estricto conservador mormón que se alzó con la victoria en las primarias republicanas este mes de mayo o el moderado exgobernador de Masasachusetts que tendió puentes al bipartidismo durante su mandato, entre 2003 y 2007.
Pese a sus constantes variaciones de discurso, Romney, casado y de 65 años, siempre se ha presentado como un hábil gestor capaz de mejorar la situación económica de EE UU. Su pasado como consultor le avala en ese sentido. Tras lograr una doble licenciatura en Harvard, el ahora candidato republicano fundó Bain Capital, una firma privada de inversión, que junto con otras apuestas económicas le han llevado a forjar una fortuna estimada de 200 millones de euros, parte de la cual podría tenerla en fondos de inversión en las Islas Caimán, un paraíso fiscal del Caribe.
Como 'escudero' en su camino hacia la Casa Blanca, Romney ha elegido a Paul Ryan, un joven político en ascenso aferrado al conservadurismo fiscal, líder de una nueva generación de ideólogos económicos dentro de su partido e idolatrado entre el movimiento derechista Tea Party. El candidato republicano a vicepresidente, de 42 años, tiene el perfil idóneo para ayudar a su "jefe" a movilizar a las bases más conservadoras, esas que desconfían en ocasiones de Romney por sus cambios de rumbo.
Vida personal
Romney se casó con Ann Davies en 1969, tras cortejarla durante toda la secundaria, y logró convertirla al mormonismo. Ambos tienen cinco hijos y el menor, Craig, de 31 años, que habla español, ha tenido un papel clave para atraer el voto hispano.
Como hijo menor de George Romney, ejecutivo de American Motors Corporation y luego gobernador de Michigan, y Lenore Romney, candidata a senadora de ese estado, Romney fue testigo de acaloradas discusiones sobre política y la fe mormona, y en su autobiografía No Apology da cuenta de su admiración por su padre.
Romney padre se postuló sin éxito como candidato presidencial en 1968 y falleció en 1995, pero dejó una huella indeleble en su hijo. En su página de Facebook, Romney recurre a una cita que solía decir su padre y que resume su filosofía de vida: "La conquista de lo difícil hace fuertes a los hombres".
Además de sufrir un accidente automovilístico en una zona rural de Francia en 1968, otro de los momentos más difíciles de su vida fue cuando a su esposa Ann, con quien lleva casado 43 años, le diagnosticaron esclerosis múltiple en 1998. Sus amigos lo elogian como un hombre pragmático con un agudo olfato para identificar soluciones y buscar consenso.
Contradicciones del candidato
Sin embargo, en los últimos meses Romney ha cambiado de postura en más de una ocasión, provocando desconcierto y cierto recelo ente los republicanos más conservadores. Durante las primarias de su partido aseguró que rebajaría un 20% los impuestos sobre la renta a todos los ciudadanos, incluidos los de rentas más elevadas. Sin embargo, en uno de los tres debates que le enfrentaron a Barack Obama defendió que no recortaría impuestos a los más ricos.
No obstante, su ideología en materia de inmigración, política exterior y sanidad ha despertado las mayores críticas. Si hace unos meses hablaba de la "autodeportación" como solución al problema de la inmigración ilegal en EE UU, ahora se muestra más flexible y cree que los hijos de indocumentados puedan llegar a convertirse en "residentes permanentes" del país.
En el ámbito sanitario, Obama aprobó en 2010 una histórica reforma que establece el seguro médico obligatorio. Romney ha prometido derogarla si llega a la Casa Blanca, pese a que es muy similar a una ley que él mismo promulgó en Massachusetts cuando era gobernador.
Además, este padre de cinco hijos y abuelo de diez nietos, ha garantizado que no restringirá el derecho al aborto y ha defendido que todas las mujeres estadounidenses deberían "poder acceder" a los anticonceptivos, dejando muy atrás su faceta de político pro-vida y sus críticas a la píldora del día después.
Romney ha pasado de cuestionar la retirada de las tropas de Afganistán a prometer que mantendrá el calendario para su vuelta. Si antes criticaba el "exceso" de regulación gubernamental recientemente la ha calificado de "esencial". ¿Qué rumbo fijará en caso de llegar a presidir el país? Solo él y su partido lo saben.
Frases polémicas
- "Me gusta ser capaz de despedir a la gente": el candidato republicano aseguró que le gustaba poder despedir a aquellas personas que no le proporcionaban un buen servicio durante un desayuno oficial en New Hampshire mientras hablaba de la sanidad.
- "Crearé 12 millones de puestos de trabajo": desde el momento en que aceptó la candidatura a la Casa Blanca, Romney ha prometido en más de una ocasión la creación de 12 millones de empleos, aunque nunca ha explicado cómo lograrlo.
- "¿Por qué no se pueden abrir las ventanas de los aviones?": la frase exacta del mormón y empresario fue: "Cuando se incendia un avión, no hay lugar a donde ir y no entra nada de oxígeno del exterior ya que las ventanas no se abren. No sé por qué no lo hacen. Es un problema real. Es muy peligroso... ", según informó el diario Los Angeles Times.
- "Ann conduce un par de Cadillacs": Romney despidió así un discurso que ofreció en Michigan en febrero de este mismo año, intentando simpatizar con el sector automovilístico de la ciudad.
- "Tendría más posibilidades de ganar las elecciones si hubiese nacido de padres mexicanos": tras estas palabras, grabadas en secreto durante una cena con donantes del partido, Romney bromeó sobre sus orígenes hispanos y teorizó sobre la falta de apoyo del 47% de americanos más afines a Obama. Romney es rechazado por un 57% de electores hispanos, según un estudio de Latino Decisions publicado el lunes 29 de octubre.
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